lunes, 7 de febrero de 2011

Soy celíaca, testimonio de una periodista

Una periodista nos cuenta como fue su experiencia cuando le diagnosticaron la patologia y hace un completo reporte sobre el tema
El día en que me diagnosticaron, yo estaba en otro planeta: el del mundo perfecto, donde a una nunca le va a tocar nada malo, y donde enterarse ya es un problema. Además, no tenía idea de qué era la celiaquía. Pura negación.

Desde que tengo memoria, mi vida fue con "dolor de panza". Comía y se me hinchaba como un globo. Como ésa parecía ser la única realidad posible, simplemente me esforzaba en desconectar mente y cuerpo y seguir adelante. Días, semanas, meses, años.

Pero las últimas vacaciones fueron una tortura. Todo era la panza. Sentía que me apagaba, que envejecía dos años por mes. Abatida y sin ganas de nada, consulté a mil médicos. "Masticá despacio", "No te estreses", "Tomá este granulado". Entré a ver al cuarto gastroenterólogo como si fuera a hacer un trámite. Salí como si me hubiese pisado una aplanadora: era celíaca. Manejé al trabajo llorando y pensando cómo haría para evitar el pan y las cosas que me gustaban. ¿La verdad? No lo sabía ni me creía capaz.

Sin embargo, muy dentro de mí, intuía que la vida mejoraba. Con el apoyo de familiares y amigos, lo más difícil llegó a ser placentero: que preparen con amor y paciencia un plato sin gluten para vos es muy reconfortante. ¡Y nunca más un dolor de panza!

Saber y aceptar. Pedir ayuda y conectarse con los propios límites, que llegan para decirnos que no somos ilimitados, pero que podemos más de lo que creíamos. Hace dos años que hago la dieta, y es posible. El paraíso perdido se convierte en un mundo real ganado. Y por aquí me viene pasando la felicidad. Tengo "condición celíaca", pero "soy" muchas cosas más.

¿Qué es la celiaquía?

Todos conocemos a alguien celíaco. No es casual: una de cada cien personas lo es, pero se calcula que en la Argentina, de 400 mil celíacos, sólo lo saben 25 mil. ¿De qué se trata esta patología? Es la intolerancia intestinal al gluten, proteína que se encuentra en el TACC (trigo, avena, cebada y centeno). El tratamiento consiste en una dieta de por vida "libre de gluten" o "sin TACC". La celiaquía se trae en los genes y puede despertarse en cualquier momento de la vida. Aunque aún se desconoce el disparador, lo que sí se sabe es que a las mujeres se les activa más que a los hombres. A su vez, es una enfermedad de las autoinmunes; esto significa que el sistema inmunológico, que nos protege de cualquier enfermedad, en el celíaco interpreta el gluten (específicamente, la gliadina) como enemigo, se pone en guardia y lo ataca cada vez que lo detecta.

Consecuencias

Si un celíaco sigue comiendo gluten, ocurren dos problemas: 1) las vellosidades del intestino dañado no consiguen absorber correctamente los nutrientes de las comidas, y ello deriva en otras enfermedades (por ejemplo, la anemia); 2) los anticuerpos se activan constantemente para atacar al enemigo "gluten" y, a la larga, generan mecanismos de ataque paralelos y otras enfermedades autoinmunes (como el hipotiroidismo).

¿Cuándo consultar?

Hay que consultar a un médico clínico, gastroenterólogo o pediatra si se dan algunos de estos síntomas o antecedentes:

- Sos familiar directo de una persona celíaca.
- Tenés diabetes tipo 1.
- Tenés autoinmunidad tiroidea (hipotiroidismo, hipertiroidismo, tiroiditis de Hashimoto).
- Padecés anemias que no responden al tratamiento.
- Sufrís diarrea crónica, vómitos o constipación.
- Tenés trastornos óseos.
- Presentás excesiva resequedad en la piel, caída del cabello o alteración del esmalte dental.
- Sos fácilmente irritable.
- Sufriste abortos espontáneos, sin explicación medica lógica.
- Vivís con distensión abdominal (dolor e hinchazón) o intestino irritable.

La dieta

La ley fundamental es: "Un gramo es igual a un kilo". Para el caso, comer una miga de pan hace tan mal como comer un kilo: las vellosidades del intestino delgado se atrofian igual. Y tardan entre tres y seis meses en recuperarse. Mientras tanto, vos no absorbés bien los nutrientes del resto de la comida. Por eso, la segunda ley es: "Lo que conseguiste en meses puede arruinarse en un segundo". Así que cuando escuches: "Por una vez, ¿qué te puede pasar?", tomá aire, armate de paciencia y recordá que sólo la dieta permanente te permite lograr la salud. Y si podés, compartilo.

¡Viva todo lo permitido! La clave es reconciliarse con la limitación que el propio cuerpo dicta. Uno no elige ser celíaco, pero sí puede elegir sentirse bien. Para eso, hay que conocer bien los alimentos y sus ingredientes y desarrollar la imaginación y la creatividad a cada rato.

Es cierto, llevar una alimentación libre de gluten no es fácil. Los productos elaborados son caros, se consiguen en pocos lugares (fábricas específicas, hipermercados y dietéticas) y tienen más calorías y grasas. ¿Qué te recomendamos?

- Organizate con tiempo: preguntá antes de una reunión qué van a comer para saber qué llevar e informá qué podés consumir. Los caterings suelen ofrecer opciones para celíacos.

- Acercate a una de las dos asociaciones para celíacos: ACA o ACELA, donde recibirás los consejos imprescindibles para evitar la contaminación cruzada (que un chocolate tenga algo de TACC porque se produce en una fábrica de galletitas, por ejemplo) y un librito con alimentos y marcas que podés consumir.

- Ordenate en las comidas priorizando aquello que podés comer libremente: frutas, verduras, carnes, pescado, arroz, etc.

- Incorporá lácteos y productos permitidos. Pero ojo con los elaborados con harina de arroz y de maíz: tenés que comer en poca cantidad. Paradójicamente, la tendencia en los celíacos es a engordar.

¿Que pasa con la ley celiaca?

Fue sancionada en diciembre de 2009, pero mientras el Ministerio de Salud no la reglamente, no se cumple más que en casos aislados. El Grupo Promotor de la Ley Celíaca propone estos puntos para su mejor legislación:

1. Disminuir paulatinamente el gluten admisible en los productos aptos (10 mg por kilo).

2. Que los alimentos y medicamentos aptos sean rotulados con la leyenda "Libre de gluten - Sin TACC" acompañada de uno de los dos símbolos de uso corriente:

3. Que el Estado Nacional y las obras sociales cubran los estudios médicos y el costo de las harinas aptas. Una dieta equilibrada requiere, por lo menos, un 20 por ciento de farináceos (panes, pastas, pizzas, galletitas, harinas, etc.).

4. Realizar una campaña anual de concientización pública y una jornada de actualización profesional. Financiar la investigación.

5. Incorporar la celiaquía y su impacto social en la currícula educativa de todos los niveles y de carreras vinculadas con alimentación y servicios (gastronomía, hotelería, turismo).

Fuente: http://www.revistaohlala.com/1346043-soy-celiaca

1 comentario:

Celiacos y Transgénicos dijo...

Hola, te escribo desde Perú, es muy bueno que publiques tu experiencia.
Con respecto a lo de "Gluten maldito" No lo considero así es un alimento creado por Dios para nosotros, entonces ¿porqué nos hace tanto daño? ¿sigue siendo alimento? ¿será que nos hace tanto daño porque lo alteraron genéticamente? ¿quienes son los malditos?. Te escribió www.celiacosytransgenicos.blogspot.com